Buenos Días, Señor,
me alegro porque vas conmigo,
agradezco tu luz y tu salvación.
Señor, tu Palabra dice
que me guiarás siempre,
que me saciarás en tierras resecas
y me fortalecerás,
que seré como un jardín bien regado
y como un manantial
donde siempre brota agua.
Confío en esta promesa de amor,
gracias por guiarme en este día,
te ruego que llenes con tu bondad
todas mis necesidades,
fortalece mi corazón,
fortalece mi cuerpo
y que pueda reflejar tu obra en mí.